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EL GOBIERNO ITALIANO TIENE UN PLAN PARA AUMENTAR LA NATALIDAD AcaPrensa / Salvador Bernal / AcePrensa

El gobierno italiano tiene un plan para aumentar la natalidad

 

Como otros países de Europa, sólo la aportación de los inmigrantes frena el descenso de la población, pero en Italia ya no es suficiente para compensar el saldo de las defunciones, que siguen una tendencia al alza, y los nacimientos, que el año pasado registraron un nuevo mínimo. Ante los datos estadísticos de 2024, el gobierno intenta corregir esa tendencia, aun a sabiendas de que las decisiones políticas no siempre pueden imponerse a transformaciones culturales profundas de la sociedad, como se ha visto incluso en China.

 

A partir de 2009 descienden los nacimientos en Italia, hasta llegar en 2024 a unos 370.000 bebés, la cifra más baja en la historia desde la unificación en 1861. Además, el número de muertes llegó a 611.000, y la población total volvió a bajar –como ocurre ininterrumpidamente desde 2015–, concretamente a 58,93 millones de habitantes, 37.000 menos que en 2023. También alcanzó mínimos la tasa de fertilidad, que cayó a 1,18, poco más de la mitad de los 2,1 indispensables para el reemplazo de generaciones.

 

 

Cada vez es más necesario aportar el contrapunto derivado de los movimientos migratorios. El descenso de la población se mitigó gracias a los inmigrantes: viven en Italia 5,4 millones de extranjeros: el 9,2% del total de habitantes. Y esto, a pesar de las medidas del gobierno para reducir las llegadas irregulares: el año pasado, un 60% menos que en 2023. Pero hay otro aspecto alarmante en este contrapunto: abandonaron el país en 2024 191.000 personas, un 20,5% más que el año precedente (156.000 de nacionalidad italiana: un 36,5% más). El saldo migratorio positivo, +244.00 personas, se debe casi todo a la entrada de más de 300.000 extranjeros.

 

Políticas natalistas

 

El gobierno que preside Giorgia Meloni ha señalado el carácter prioritario de los objetivos para aumentar la natalidad. Ha incorporado en los presupuestos para 2025 nuevas medidas y ha reforzado las ya existentes:

 

Baby bonus: ayuda de mil euros, libre de impuestos, por cada hijo nacido o adoptado en 2025.

 

Asignación única y universal por hijos a cargo, con beneficios progresivos en función de los ingresos familiares y la edad de los niños.

 

Incremento del bono para guarderías, en función de la situación económica familiar, que puede llegar a 3.600 euros.

 

Exención de cotizaciones sociales, hasta 3.000 euros anuales, para madres con dos o más hijos; y diversos incentivos y exenciones fiscales por hijos adicionales.

 

Reducción del IVA para los productos destinados a la infancia.

 

Aumento de la retribución del segundo mes de permiso parental hasta el 80% del salario, y mientras el hijo tenga seis años.

 

Promoción del derecho al teletrabajo para mujeres con hijos menores de 15 años.

 

Avanzan también los proyectos dirigidos a ampliar las guarderías y el cuidado infantil: en concreto, el plan financiado con los fondos Next Generation EU con el objetivo de crear 264.480 plazas de guardería; de momento, sólo se han financiado 147.080 plazas, por demoras burocráticas.

 

Más difusas, al menos de momento, son las medidas de fomento de la accesibilidad de la vivienda, un requisito insoslayable para la solución del problema, como muestra una experiencia prácticamente universal. Se estima que Italia necesita 250.000 viviendas sociales más, para hogares con ingresos inferiores a 20.000 euros al año. Parece insuficiente la nueva plataforma de inversión para alcanzar el objetivo, así como la cuantía de los fondos de garantía hipotecaria para familias numerosas y para personas menores de 36 años que buscan comprar su primera vivienda.

 

El Family Index, una iniciativa social

 

También la sociedad civil se está implicando en la búsqueda de soluciones a la cuestión demográfica. En esta línea acaba de ser presentada públicamente la iniciativa Family Index, un instrumento para valorar estrategias empresariales a favor de la familia y la natalidad. Ha promovido este proyecto la Fondazione per la Natalità, en colaboración con el Foro de las Familias –que reúne a la mayor parte de las asociaciones familiares de Italia– y el observatorio Ethos, de la universidad Luiss, con sede en Roma.

 

Para Gigi De Palo, presidente de la Fundación, “esta iniciativa nace de un diálogo concreto y constructivo con las empresas, cada vez más conscientes de que la natalidad no es sólo una cuestión demográfica o social, sino un auténtico factor de riesgo para la sostenibilidad económica de nuestro país”.

 

Los promotores no pretenden elaborar una clasificación cerrada en sí misma, sino activar sinergias, tomas de conciencia, nuevas iniciativas y cooperación en la difusión de buenas prácticas empresariales y sociales. Ante la gravedad de la crisis, no bastan las políticas públicas; es preciso contar con el esfuerzo de empresas capaces de liderar el cambio, adoptando medidas concretas que fomenten la natalidad. Se trata, además, de encauzar mejor las inquietudes identitarias, a menudo ligadas a soluciones populistas y nacionalistas, pero que comportan también la pervivencia del clásico patriotismo italiano, más allá de alarmismos.

 

No será fácil revertir la tendencia

 

En definitiva, el propósito es sumar esfuerzos, no sólo los de carácter económico: mantener el bienestar, asegurar las pensiones, fortalecer la sanidad y la educación, ofrecer a las empresas posibilidades reales de contar en el futuro con la adecuada mano de obra, evitando también la emigración de los jóvenes. En esta línea se inscribe el incremento de las concesiones de visados de trabajo para inmigrantes: entre 2023 y 2025 fueron cerca de 450.000, y el gobierno prevé autorizar medio millón más entre 2026 y 2028, también como medio práctico de lucha contra las llegadas ilegales.

 

Pero no será fácil revertir la caída de la natalidad sólo con medidas económicas, que cada vez serán más necesarias, especialmente en materia de vivienda. Lo muestra la experiencia de Francia, que tiene uno de los regímenes más generosos de prestaciones familiares en Europa: según un amplio sondeo reciente del Instituto de estudios demográficos, baja ostensiblemente en la gente el deseo de tener hijos, que se concreta en el ideal de la parejita, pero como un máximo, no un mínimo. De hecho, en 2024 nacieron 663.000 bebés, la cifra anual más baja desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

 

Se impone, pues, la necesidad de configurar climas de opinión favorables a la honda realidad familiar, de modo que las nuevas generaciones se sientan de veras libres de vivir la aventura de la paternidad.

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