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ENTREVISTA AL PADRE AGUSTINO VIRGILIO PACIONI

Conocí al Padre Prevost en 1981 en la iglesia de Sant’Agostino, en Roma. Estaba con un compañero fraile, también de Chicago. Acababa de llegar a Roma y había venido a rezar ante la tumba de Santa Mónica, la madre de Agustín. Los invité a almorzar. Desde entonces, he tenido la oportunidad de hablar y comer con él varias veces, y de descubrir su profunda fe, su comprensión de la realidad y la visión agustiniana que moldeó su pensamiento y marcará su pontificado.

 

Habla el padre Virgilio Pacioni, agustino como el papa León XIV. Pacioni escribió extensos libros sobre san Agustín y su espiritualidad, e impartió conferencias sobre el fundador de la Orden en diversas partes del mundo. Cuenta que ya en aquella primera ocasión, tras el encuentro en la hermosa iglesia tras la Piazza Navona, donde Prevost también se detuvo ante el cuadro de Caravaggio, durante el almuerzo hablaron, además de sobre san Agustín, de que Pacioni había estado visitando la comunidad agustiniana de Toronto durante tres meses al año desde 1969: hasta la fecha, llevaba 35 años.

 

Se reunió con Prevost muchas veces, no solo en Roma, sino allí mismo, en Toronto, y durante sus conversaciones, Pacioni identificó en Prevost una visión muy clara de la Iglesia y del mundo que lo rodea. «Es consciente de que la Iglesia está inserta… En un mundo secularizado que ya no se interesa por la fe, que se ha distanciado del cristianismo y necesita ser evangelizado, Prevost siempre ha querido promover, sin proselitismo pero con respeto, la presencia de los católicos en los diversos entornos en los que vivimos. Busca que la gente descubra el encanto y la belleza de encontrar el cristianismo, y cómo este encuentro no se queda en lo privado, sino que permite juzgar toda la realidad e influir en ella.

 

La última vez que el Padre Pacioni se reunió con Prevost fue hace unas semanas. Se habían encontrado, una vez más, en la iglesia de Sant’Agostino, y habían quedado en encontrarse para un almuerzo que luego tuvo lugar en la Curia General de los Agustinos, cuando Pacioni le entregó su último libro.

 

Cuando habla de la formación intelectual y espiritual del Papa León XIV, Pacioni dice que «San Agustín formó su pensamiento, del santo de Hipona aprendió que la fe debe confrontar la razón y la razón con la fe. Prevost siempre ha buscado, como Agustín, la relación del yo con el infinito, con el misterio. El centro de la fe, como explicó San Agustín en su polémica con la herejía pelagiana, es Cristo. Pelagio creía que Cristo era solo un modelo para imitar. Agustín, por otro lado, argumentaba que se trata de un acontecimiento salvador y nos instaba a luchar contra toda forma de moralismo exagerado.

 

«Por su formación y por cómo lo conocí, creo que la mayor preocupación del Papa León XIV será la Iglesia, que atraviesa momentos de fuertes, y en muchos sentidos, dramáticos conflictos. No es casualidad que incluso en el lema elegido para su escudo de armas, Prevost incluyera el llamado a la unidad, usando una frase de San Agustín: In Illo uno unum, En el único Cristo somos uno. El suyo será un pontificado decididamente desafiante».

AcaPrensa / Stephen Mary Peace / L¨Espresso

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