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EL FUNERAL NO TAN SIMPLE DEL PAPA FRANCISCO LOS PRESENTES Y LOS AUSENTES

Ayer, por la mañana, hemos asistido en la plaza de San Pedro a los funerales por el Papa Francisco. Hace unos días Santiago Martín ofrecía uno de sus imprescindibles servicios: «El Papa ha Muerto, La Iglesia Vive» que creemos que refleja muy bien lo vivido en el funeral del Papa Francisco.

 

Hemos vuelto a ver la plaza llena, tanto tiempo que no era así, con la feliz coincidencia del jubileo de los adolescentes que ha hecho que la presencia joven se notase de una forma especial, mucho de ellos portaban la imagen de ‘su santo’, Carlo Acutis, cuya beatificación se ha dejado para más adelante. Miles de fieles y de delegaciones internacionales han participado en una ceremonia solemne, transmitida a todo el mundo que ha visualizado lo que es el papado y la Iglesia.  Ha vuelto el latín, ha vuelto la diplomacia, ha vuelto la liturgia, después de doce años.

 

Presidió el rito fúnebre el cardenal Giovanni Battista Re, en su homilía trazó un retrato del pontificado del Papa Francisco. «En esta majestuosa Plaza de San Pedro, donde el Papa Francisco ha celebrado la Eucaristía tantas veces y presidido grandes reuniones a lo largo de estos doce años, nos reunimos en oración en torno a sus restos mortales con el corazón afligido, pero sostenidos por la certeza de la fe». La homilía repasó los momentos más destacados del pontificado y las opciones pastorales y de estilo personal que han distinguido al Papa Francisco. Con esta celebración, y en particular con esta homilía, parece que quedan cardenales “caballeros” después de cómo han sido tratados. Ningún elogio, sólo una mención de su nombre, en una celebración inquietante.

 

El Papa Francisco tiene una personalidad compleja, forjada por experiencias contrastantes: una juventud marcada por una grave enfermedad pulmonar, un difícil noviciado en la Compañía de Jesús, una larga temporada como pastor en la Buenos Aires de las penurias y la periferia. Su pontificado fue, sin duda, uno de los más discutidos y controvertidos de la era moderna. No pocos observadores, incluidos los cardenales que lo eligieron, han reconocido posteriormente los efectos divisivos de su liderazgo. Acusado de centralizar el poder y disolver la tradición jurídica de la Iglesia, Francisco mediante decisiones arbitrarias y elecciones personales, premiando la fidelidad ideológica en lugar de la virtud. Nombres como Zanchetta, Rupnik y McCarrick se han convertido en símbolos de las sombras de este pontificado.

 

Se ha percibido una fractura profunda en el clero y en la vida consagrada, alimentada por un lenguaje ambiguo y una gestión pastoral más política que doctrinal. El legado del Papa Francisco será el de un pontificado que privilegió la imagen sobre la sustancia y que buscó el consenso mediático a expensas de la sagrada unidad de la Iglesia. El relato oficial le recuerda como el Papa que intentó «iluminar los problemas de nuestro tiempo con la sabiduría del Evangelio» y que quería una Iglesia «como un hospital de campaña», abierta, acogedora y dialogante.  Está claro que las cosas no han cambiado mucho desde el cónclave que eligió a Francisco, de hecho, han empeorado mucho. Si en 2013 el problema era una curia infiel al Papa, hoy tenemos una curia infiel a Dios y que, además, se ha limitado a elogiar al dictador de turno. Se trata de un papel que Benedicto XVI nunca quiso desempeñar, porque estaba convencido de que la misericordia y la bondad eran mucho más propias de la figura de Pedro, virtudes predicadas por Francisco pero nunca practicadas.

 

Hoy se ha encerrado en un ataúd no sólo los restos mortales de un Pontífice, sino también el peso simbólico de un tiempo que ha marcado profundamente el rostro de la Iglesia en estos doce años. Una era termina, otra se prepara para abrirse, agobiado por preguntas cruciales: ¿qué significa ser pastor hoy?, ¿qué es la verdad?, ¿quién es Jesucristo para la Iglesia?, ¿el Papa es un voluntario de un centro social o alguien que da testimonio de la Resurrección de Cristo? ¿Qué Iglesia nos espera mañana? Son duda que estaremos pendientes de la chimenea de la Sixtina una vez más, la preocupación por lo que pueda suceder es creciente.

 

Nos vamos con algunos detalles que hoy llenan los medios. Son 40 personas las que han acogido el cuerpo del Papa Francisco a su llegada a la Basílica de Santa María la Mayor, se eligieron diez refugiados entre los huéspedes de los centros de Cáritas diocesanos. El grupo también incluye a presos, personas sin hogar, familias en dificultades, mujeres víctimas de trata, acompañados por diversas asociaciones. Los 40 invitados llegaron por la mañana y esperaron dentro de la basílica la llegada del cortejo fúnebre. Julian Assange también en la Plaza de San Pedro para el funeral del Papa Francisco, conocido por los sucesos relacionados con Wikileaks. Han participado 220 cardenales y 750 obispos en el sagrado de la Basílica de San Pedro y cerca de 4.000 sacerdotes.

 

Delegaciones ecuménicas empezando por la del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, encabezada por el Patriarca Bartolomé, la del Patriarcado Griego Ortodoxo de Alejandría y la del Metropolitano de Libia, Gennadios. El Metropolitano Siluan del Monte Líbano encabeza la delegación del Patriarcado Católico Ortodoxo Griego de Antioquía y Todo el Oriente, mientras que el Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusalén está representado por Makarios, Metropolitano de Qatar. En la plaza estuvo presente el Patriarcado de Moscú, en el que estuvo presente el Metropolitano de Volokolamsk y presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, Antonij. En la plaza también están presentes los patriarcados de Serbia, Rumania, Bulgaria y Georgia.

 

Representadas la Iglesia Ortodoxa de Chipre, Grecia, Albania, Chequia y Eslovaquia, la Iglesia Ortodoxa Americana, el Patriarcado Ortodoxo Copto de Alejandría, el Patriarcado Ortodoxo Sirio de Antioquía, la Iglesia Apostólica Armenia, la Iglesia Ortodoxa Etíope Tewahedo, la Iglesia Ortodoxa Siria de Malankara y la Iglesia Asiria de Oriente. Luego, en la Plaza de San Pedro, la delegación de las comuniones anglicana, metodista, luterana, la Iglesia Valdense, la Alianza Bautista Mundial, el Consejo Mundial de Iglesias, el Foro Cristiano Global y el Ejército de Salvación. En Via della Conciliazione los jóvenes del Jubileo de los Adolescentes son los protagonistas donde se han colocado cuatro pantallas gigantes para poder seguir la celebración de la Misa. El expresidente de Estados Unidos Joe Biden también asiste al funeral del Papa Francisco.

 

Donald Trump y Volodymyr Zelensky tuvieron una reunión en el interior de la Basílica vacía, cara a cara, calificada de “muy productiva” por la Casa Blanca, poco antes del inicio de la ceremonia, que duró unos diez minutos. Rusia, Israel y China han tenido relaciones únicas y a menudo complejas con el Vaticano y el difunto Papa Francisco. Tanto Rusia como Israel estarán representados en el funeral del Papa Francisco, aunque no por sus principales líderes: el presidente Vladimir Putin y el primer ministro Benjamin Netanyahu no asistirán. Rusia enviará a su ministra de Cultura, Olga Lyubimova, mientras que Israel estará representado por Yaron Zeidman, embajador ante la Santa Sede.  China emitió un breve mensaje de condolencias casi 24 horas después de la muerte del Papa, y sólo después de que los periodistas presionaron para obtener una respuesta. La Santa Sede no ha tenido relaciones diplomáticas formales con China desde 1951 y es el único estado europeo que reconoce oficialmente a Taiwán. Javier Milei revela detalles inéditos de la reunión que mantuvo con el pontífice en febrero de 2024. El presidente argentino lamentó sus duras críticas al papa, pero afirmó haber logrado disculparse y relató la respuesta de Francisco: «Me dijo que fueron errores de juventud». «Cuando somos jóvenes, todos hacemos cosas estúpidas’»

AcaPrensa / SPECOLA extracto

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