La elección del nuevo Sumo Pontífice tras un rápido cónclave de solo cuatro votaciones se vio significativamente influenciada por el hecho de que muchos cardenales electores ya le conocían bien como Prefecto del Dicasterio para los Obispos. Así lo ha revelado el Cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia y participante en el cónclave, en una entrevista publicada por el semanario alemán ZEIT.
En la conversación con ZEIT, el Cardenal Woelki, uno de los 133 purpurados con derecho a voto, subrayó que para «muchos de nosotros» en el cónclave, el ahora Papa Leo XIV era una figura familiar debido a su importante función en la Curia Romana, que implicaba una interacción constante con obispos y cardenales de todo el mundo.
El Cardenal Woelki describió las cualidades que, según su experiencia y la de otros cardenales, caracterizan al nuevo Papa y que fueron apreciadas en su rol como Prefecto: «una persona espiritual, atenta y que sabe escuchar», que con «preguntas inteligentes, hace avanzar un asunto» y que es «amable y une». Esta familiaridad y la positiva percepción de su estilo de trabajo y personalidad parecen haber sido cruciales para generar el consenso necesario para una elección tan veloz, a pesar de que, como admitió Woelki, la mayoría esperaba que el elegido fuera el cardenal Pietro Parolin.
El Cardenal Woelki también compartió la atmósfera solemne vivida en la Capilla Sixtina tras la elección, describiendo un momento de «aplauso espontáneo y fraternal» hacia el nuevo pontífice, a quien señalaron que «puede contar con nuestro apoyo».
Preguntado por la participación de la religiosa Raffaella Petrini, secretaria general del Governatorato del Vaticano, Woelki reconoció su valía y cordialidad, aunque obviamente no participó en el Cónclave.
Sobre el perfil de León XIV, evitó catalogarlo políticamente: «Es un hombre de fe, que reconoce en cada ser humano la imagen de Dios. Las categorías políticas no se ajustan a la misión episcopal».
Respecto a la carta enviada por Prevost a los obispos alemanes sobre el llamado camino sinodal, Woelki recordó que durante el pontificado de Francisco existía una mirada crítica desde Roma hacia algunos aspectos del proceso alemán.
En relación a su propia situación, el arzobispo explicó que su oferta de renuncia, presentada hace años, quedó sin efecto al cabo de tres meses, como establece el Derecho Canónico.
Finalmente, al ser interrogado sobre las prioridades del nuevo Papa, afirmó: «Debe anunciar a Cristo y ser el punto de unidad de los católicos en tiempos difíciles. Su elección del nombre León XIV, vinculado al Papa León XIII y a la tradición agustiniana, es un signo claro. Conoce el sufrimiento de la guerra, la pobreza, el desplazamiento».
El cardenal concluyó la entrevista recordando que la elección papal, realizada bajo el fresco del Juicio Final de Miguel Ángel, es una decisión hecha «a la luz de la eternidad», que exige conciencia de la trascendencia del momento.
AcaPrensa / InfoCatólica
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