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TODO LISTO EN LA CAPILLA SIXTINA PARA EL CÓNCLAVE

Tras la Misa solemne “Pro eligendo Pontifice”, todos los cardenales electores se dirigirán a la Capilla Sixtina para prestar juramento. Allí ya todo está ya preparado para el cónclave. El Vaticano ha difundido nuevas imágenes.

 

El mobiliario usado

 

La Capilla Sixtina está amueblada con 12 mesas de madera alargadas, tapadas con dos manteles uno rojo satinado y otro beige superpuesto, dispuestas en forma de U, además de 133 sillas forradas en terciopelo rojo. Cada sitio está asignado con un cartel con el apellido de cada cardenal elector.

 

Además de las papeletas, los cardenales tienen a su disposición una copia de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, publicada en 1996 por San Juan Pablo II. En este documento se deja claro que para que sea válida la elección requiere una mayoría cualificada de dos tercios de los cardenales electores.

 

Benedicto XVI actualizó las normas en junio de 2007 para acelerar el proceso de forma que, después de la 33ª o 34ª votación, se procediera directa y obligatoriamente, a una votación entre los dos cardenales que más votados.

 

En su sitio, también tienen a disposición un bolígrafo, sencillo pero funcional, con el que se redacta a mano el nombre del candidato elegido y una carpeta roja, que sirve como superficie de apoyo para escribir discretamente la papeleta

 

Delante del altar, bajo el imponente fresco del Juicio Final de Miguel Ángel hay una mesa cubierta con un mantel sencillo, sobre la que descansan dos urnas especiales, diseñadas especialmente para el cónclave de 2005 y que se conservan hasta ahora.

 

En la primera urna, los cardenales electores depositan sus papeletas tras votar. La segunda urna se utiliza para recoger las papeletas de los cardenales impedidos, es decir, aquellos que por enfermedad u otra causa grave no pueden acercarse a depositar su voto personalmente. En esos casos, un par de cardenales escrutadores se encargan de recoger su sufragio y colocarlo en esta urna. Sin embargo, en esta votación, parece que no será necesaria y no se usará.

 

En medio de la Capilla Sixtina, orientado hacia el altar, se dispone un atril sobre el que descansa el Evangelio abierto. Es uno de los elementos centrales del ritual de entrada al cónclave. Sobre él, los cardenales electores prestan juramento individualmente, pronunciando en voz alta la fórmula latina: Et ego N. Cardinalis N., promitto, voveo ac iuro… (Y yo, N. cardenal N., prometo, me obligo y juro…) Con este gesto, los purpurados se comprometen a guardar secreto absoluto sobre todo lo relativo a la elección, a no recibir influencias externas y a votar libremente, guiados únicamente por su conciencia y el bien de la Iglesia.

 

  1. La chimenea que anunciará con una fumata blanca la elección del nuevo Papa está hecha de hierro fundido, tiene 1 metro de altura y forma cilíndrica. Está equipada con una puerta inferior a través de la que los cardenales introducirán las papeletas que serán quemadas. En caso de fallo del funcionamiento, la chimenea está equipada con un botón automático para activar el humo en caso de necesidad.

 

Bolas numeradas del 1 al 133 e hilo rojo

 

A cada cardenal elector se le asigna una bola de madera numerada del 1 en adelante, que sirve para controlar el orden de votación durante cada escrutinio. También se usara el hilo rojo para llevar a cabo el recuento. Cada papeleta, se ensarta en una aguja con este hilo rojo que acaba atravesándolas todas para evitar manipulaciones y para que puedan ser contabilizadas fácilmente.

 

Durante el cónclave, el orden de emisión de los votos está determinado por el orden de precedencia eclesiástica, que sigue una jerarquía establecida dentro del Colegio Cardenalicio. Como se ve en este documento el orden es el siguiente. Primero votan los cardenales obispos, que incluyen al decano, al vicedecano y a otros cardenales que ostentan títulos episcopales vinculados a las antiguas sedes suburbanas de Roma.

 

Una vez elegido, el nuevo Pontífice se retirará a la Sala de las lágrimas, es decir, la sacristía de la Capilla Sixtina, para vestirse con los paramentos papales con los que aparecerá en público —por primera vez— desde la Logia central de la Basílica de San Pedro.

 

Hay tres sotanas blancas cada una de una talla diferente para poder adaptarse a la forma corporal del elegido.

AcaPrensa / Victoria Cardiel / AciPrensa

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