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LOS 12 CARDENALES MENORES DE 60 EN EL CÓNCLAVE: JUVENTUD, SORPRESAS… Y ALGO MÁS

2 mayo, 2025

 

El próximo cónclave no solo será recordado por la muerte de Francisco tras regalar huevos Kinder a J.D. Vance, sino también por la peculiar hornada de cardenales jóvenes —menores de 60— que entrarán en la Capilla Sixtina con derecho a voto. Algunos con proyección, otros con una fama que quizá no aguante ni el primer escrutinio. Repasemos quiénes son estos príncipes de la Iglesia nacidos después de 1965, y qué podría esperarse de ellos.

 

Mykola Bychok (45 años): la promesa lejana

 

Obispo de la diáspora ucraniana en Australia, Bychok es el más joven del Colegio Cardenalicio. Goza de buena reputación entre quienes lo conocen —que no son tantos—, gracias a su cercanía pastoral y su entrega. Pero su campo de acción es tan reducido que difícilmente podrá convertirse en un actor relevante en la elección. Dicho sin ironía: su elección como cardenal es más un gesto afectivo que estratégico.

 

Giorgio Marengo (50 años): un hombre de oración con más yurtas que fieles

 

Prefecto apostólico de Ulán Bator, Mongolia. Sí, Mongolia. Su diócesis cuenta con menos fieles que una parroquia de barrio en Madrid, pero su testimonio personal impresiona. A InfoVaticana nos llegan voces que hablan de un verdadero pastor, de oración sincera y entrega silenciosa. Ahora bien, es dudoso que alguien que cuida a una grey tan diminuta tenga peso entre los grandes electores. Su figura recuerda que la Iglesia es católica, no necesariamente influyente.

 

Américo Manuel Alves Aguiar (51 años): la diplomacia portuguesa

 

Obispo de Setúbal y factótum de la JMJ de Lisboa. Su ascenso meteórico no ha pasado desapercibido. Algunos lo miran con curiosidad; otros, con cautela. Su perfil es más diplomático que doctrinal, lo cual podría abrirle puertas insospechadas. ¿Un outsider ibérico? Quizá, pero a muchos todavía les escuece su frase de que «la JMJ no es para convertir a los jóvenes al cristianismo».

 

George Jacob Koovakad (51 años): un siro malabar en la Secretaría

 

Responsable de los viajes papales, Koovakad es uno de esos nombres que suenan más en los pasillos logísticos del Vaticano que en las quinielas papables. Prefecto de la Nueva Evangelización, su carrera sorprende… pero no tanto como para pensar en la silla de Pedro. No obstante, en estos tiempos de sorpresas, no conviene descartar nada.

 

Rolandas Makrickas (53 años): mística y ridículo

 

Arcipreste coadjutor de Santa María la Mayor. Hasta aquí, todo bien. Pero a Makrickas se le ocurrió contar públicamente que el Papa le había dicho que la Virgen le reveló a Francisco dónde quería ser enterrado. Una anécdota que, de haberla oído en forma, Bergoglio habría despachado con una carcajada burlona en público. Que alguien con tan poco criterio crea oportuno airear semejante historia revela su estatura. Difícilmente pase de anécdota.

 

Francis Leo (53 años): el tapado canadiense

 

Arzobispo de Toronto desde 2023, Leo es un perfil discreto y bien valorado. Su capacidad de atraer apoyos variados —de una punta a otra— hace que algunos ojos se vuelvan hacia él. No genera resistencias evidentes, y eso en un cónclave puede ser oro. Si hay un joven con potencial real para sorprender, es este canadiense tranquilo, que parece jugar a largo plazo sin hacer ruido. Quédense con este nombre

 

Baldassare Reina (54 años): el hombre de Roma… para Roma

 

Vicario general de la diócesis de Roma, de origen siciliano. Su carrera está anclada en la administración del territorio papal. No parece un hombre de grandes vuelos, pero su cercanía al centro le da una posición que otros envidiarían. No se espera que levante la voz ni que levante expectativas.

 

François-Xavier Bustillo (56 años): el obispo influencer

 

Obispo de Ajaccio, franciscano, escritor y, sobre todo, usuario activo de Instagram. Su apuesta comunicativa desconcierta a algunos y entusiasma a otros. Hay quienes lo ven como un pastor cercano e innovador; otros, como alguien más preocupado por la imagen que por el fondo. Basta con echar un vistazo a sus redes para entender ambas posturas. Difícilmente un perfil así llegue lejos en una elección donde las fotos son otras.

 

Virgílio do Carmo da Silva (57 años): el respetado de Timor Oriental

 

Primer cardenal de su país, su figura inspira respeto incluso entre quienes apenas conocen Timor Oriental en el mapa. Su nombramiento fue celebrado en casa, y su perfil pastoral equilibrado le ha ganado aprecio entre sus pares. No es un ambicioso, pero podría recibir votos como candidato de consenso si la elección se empantana.

 

Paulo Cezar Costa (57 años): teólogo moderado brasileño

 

Arzobispo de Brasília, con un pie en la academia y otro en la pastoral. Su rol en el cónclave dependerá más de las alianzas latinoamericanas que de una fuerza propia. Representa una moderación teológica que podría ser atractiva para quienes buscan continuidad sin estridencias.

 

Mauro Gambetti (59 años): de Asís a San Pedro… pero sin bloque propio

 

Franciscano, pasó de custodiar la Basílica de Asís a custodiar la de San Pedro. Su cercanía a Francisco le dio visibilidad, pero no parece haber forjado un bloque propio de apoyos. Su nombre suena, pero suena más a lealtad pasada que a liderazgo futuro.

 

José Cobo Cano (59 años): Madrid con plomo en las alas

 

El arzobispo de Madrid llegó por nombramiento directo de Francisco, tras apuñalar eclesiásticamente a Osoro. Su vinculación con la llamada “patrulla canina” de la Iglesia española lo lastra profundamente. No solo es improbable que logre apoyos internacionales: incluso en España, muchos preferirían a cualquiera antes que a él.

AcaPrensa / Jaime Gurpegui / InfoVaticana

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