Un informe de la organización International Society for Civil Liberties and Rule of Law (Intersociety) documenta, entre el 1 de enero y el 10 de agosto de 2025, 7.087 cristianos asesinados y 7.800 secuestrados por su fe en Nigeria. Según La Gaceta de la Iberosfera, la media equivale a 30 muertes diarias —más de una por hora—, y describe una persecución sostenida que se extiende por buena parte del país.
Perpetradores y objetivo declarado
Los ataques provienen sobre todo de milicias yihadistas vinculadas a pastores fulani y de la Alianza para la Yihad en Nigeria (activa desde 2020, con base en el estado de Níger). El informe advierte de la presencia de 22 grupos terroristas islámicos operando ya en el país, con una estrategia que combina asesinatos, torturas, conversiones forzadas, matrimonios forzados, violencia sexual y desplazamientos masivos.
Exigencias a las potencias
La organización pide a Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá declarar a Nigeria y a las milicias fulani yihadistas como “entidades de especial preocupación” en libertad religiosa, además de vetos de viaje para quienes las financian o amparan.
Una tragedia confirmada por otras fuentes
Medios y observatorios internacionales corroboran las magnitudes esenciales: al menos 7.087 cristianos asesinados en los primeros 220 días de 2025 y unos 7.800 secuestros, con extremistas islámicos y milicias de pastores radicalizados como principales responsables.
Las cifras describen un genocidio por goteo que vacía aldeas, destruye parroquias y rompe familias. La dejación estatal y la indiferencia internacional multiplican el daño. Para la Iglesia, callar sería traicionar a los mártires de hoy; para las democracias, relativizar esta persecución contradice su defensa de la dignidad humana.
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