Acaprensa

Agencia Católica de Prensa

LA INCREÍBLE VIDA DE FREDDIE FIGGERS: DE BEBÉ ABANDONADO A EMPRESARIO EJEMPLAR AcaPrensa / LifeNews / InfoCatólica

Encontrado en un contenedor con solo unos días de vida, Freddie fue adoptado por una familia cristiana que le dio amor y un hogar. Hoy es inventor, millonario y filántropo. Su historia conmueve por su fuerza y testimonio de redención.

 

Con tan solo unos días de vida, Freddie Figgers fue hallado llorando dentro de un contenedor de basura. Lo habían abandonado como si no valiera nada. Sin embargo, la providencia quiso que un transeúnte escuchara su llanto y alertara a las autoridades. La policía lo trasladó de inmediato al hospital y, trece días más tarde, Nathan y Betty Figgers, un matrimonio sencillo de Quincy, Florida, vieron la noticia por televisión. Ya tenían una hija, pero al ver al pequeño supieron que debían actuar: lo adoptaron y lo llevaron a casa.

 

La infancia de Freddie no fue sencilla. En el colegio fue víctima de acoso, y algunos compañeros le llamaban «el bebé de la basura». Años después intentó contactar con su madre biológica, pero descubrió que sufría una grave adicción. No volvió a verla. «Las personas que me criaron son mis verdaderos padres. Me dieron amor… y una nueva vida», afirma.

 

Con nueve años, su padre le compró un viejo Macintosh averiado por 25 dólares. Freddie lo desmontó, lo reparó utilizando piezas de una radio… y funcionó. Así nació su pasión por la tecnología. A los trece ya reparaba ordenadores para la administración local, y con quince fundó su propia empresa: Figgers Computers. Montaba sus primeros sistemas en el salón de su casa.

 

Poco después, diseñó dispositivos médicos que permitían a los doctores monitorizar a sus pacientes de forma remota. A los diecinueve vendió una de sus invenciones por 2,2 millones de dólares. También desarrolló unos zapatos con GPS para localizar a su padre, diagnosticado de Alzheimer. A los veinticinco años ya contaba con cinco patentes registradas y más de ochenta programas informáticos desarrollados.

 

Sin embargo, nunca olvidó de dónde venía. Hoy lidera una fundación que ofrece becas, ayuda de emergencia y alimentos para personas sin hogar. «La empecé con mi propio dinero. Puedes tener éxito y perder el alma… yo no quiero eso. Quiero marcar la diferencia. Lo que das, siempre vuelve. Y no hay mayor recompensa que saber que estás haciendo el bien», afirma.

 

La historia de Freddie Figgers es una lección de esperanza y superación. De ser abandonado a construir un legado al servicio del bien común, su vida demuestra que ninguna circunstancia es definitiva y que toda vida, incluso la más desechada, tiene un valor inmenso.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *