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DOCTRINA DE LA FE DA PERMISO PARA EL CULTO MARIANO EN EL MONTE ZVIR AcaPrensa / InfoCatólica

 

El Vaticano ha dado luz verde a la devoción mariana surgida en el monte Zvir, en Litmanová (Eslovaquia), tras las presuntas apariciones de la Virgen María entre 1990 y 1995. Aunque no reconoce la autenticidad sobrenatural de los hechos, permite el culto público en el lugar, valorando los frutos espirituales generados.

 

En una carta dirigida al arzobispo de Prešov para los católicos de rito bizantino, Mons. Jonáš Maxim, el prefecto del Dicasterio, cardenal Víctor Manuel Fernández, reconoce los numerosos frutos espirituales que se han producido en torno a este fenómeno. El prelado había solicitado al Vaticano un pronunciamiento oficial tras constatar «innumerables confesiones sinceras y profundas, conversiones auténticas y un constante aumento del número de peregrinos» que continúan acudiendo al monte Zvir pese a haber transcurrido más de treinta años desde la última de las presuntas apariciones.

 

El análisis de los mensajes atribuidos a la Virgen María revela una constante invitación a la conversión, a la sencillez de vida y a la experiencia de la libertad interior que ofrece Cristo. «Dejad que Jesús os haga libres», exhorta uno de los mensajes fechados el 5 de diciembre de 1993, subrayando la necesidad de vivir la fe desde la confianza y el amor.

 

Otros mensajes insisten en la alegría de saberse amados incondicionalmente: «Os amo, así como sois. […] Quiero que seáis felices, pero este mundo jamás os hará felices» (7 de agosto de 1994). Estas palabras, según el Dicasterio, invitan a los fieles a una espiritualidad profunda y auténtica, alejada de las complicaciones y centrada en lo esencial del Evangelio.

 

La carta del prefecto destaca que el fenómeno de Litmanová ha dado lugar a una notable vida de oración en el monte Zvir, convertido en un lugar de peregrinación que favorece el recogimiento, la reconciliación y el compromiso cristiano. Los fieles que acuden allí participan en celebraciones litúrgicas, momentos de adoración y confesiones, que, en muchos casos, han supuesto un punto de inflexión en su camino de fe.

 

No obstante, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe advierte sobre la presencia de «algunas ambigüedades y aspectos poco claros» en determinados mensajes. En particular, se mencionan expresiones sobre la condenación generalizada de regiones enteras o la afirmación de que «la causa de toda enfermedad es el pecado» (2 de diciembre de 1990). Estas frases no pueden considerarse conformes a la doctrina católica y, por tanto, deberán ser excluidas de cualquier recopilación oficial de los mensajes.

 

El informe explica que tales afirmaciones son fruto de una «interpretación estilizada» de las videntes, quienes no recibieron los mensajes en un idioma concreto ni en forma de comunicación verbal directa, sino a través de una experiencia interior difícil de expresar con precisión.

 

El «nihil obstat» concedido implica que los fieles pueden acercarse al monte Zvir y participar en la devoción sin temor a desviaciones doctrinales, siempre que se mantenga un acompañamiento pastoral adecuado y se eviten interpretaciones erróneas. Esta autorización supone un reconocimiento del valor espiritual que muchos peregrinos encuentran en este lugar y permite a la Iglesia local organizar actividades de culto público con la seguridad de contar con el respaldo de la Santa Sede.

 

Las apariciones

 

Litmanová es una pequeña aldea situada en el noreste de Eslovaquia, en la región de Prešov, cerca de la frontera con Polonia. Con apenas unos cientos de habitantes, se encuentra en una zona montañosa y aislada que, tras la caída del régimen comunista en 1989, se convirtió en escenario de un notable despertar religioso.

 

El fenómeno de las presuntas apariciones marianas comenzó el 5 de agosto de 1990, cuando dos niñas, Ivetka Korčáková y Katka Češelkova, de 11 y 12 años respectivamente, afirmaron haber visto a una «bella Señora» vestida de blanco en una cabaña situada en el monte Zvir, a las afueras del pueblo. Según su testimonio, la Virgen María se presentó como «La Inmaculada Pureza» y comenzó a comunicarse con ellas a través de mensajes que incluían llamados a la oración, al ayuno, a la reconciliación y a la sencillez de vida.

 

Durante los siguientes cinco años, hasta el 6 de agosto de 1995, las niñas aseguraron recibir mensajes regularmente, generalmente los domingos. Estos encuentros atraían a un número creciente de peregrinos, muchos de los cuales acudían a confesarse, a rezar el Rosario y a participar en la Divina Liturgia según el rito bizantino. En su momento álgido, miles de personas llegaron a congregarse en el monte Zvir, a pesar de las dificultades de acceso y de la falta de infraestructura.

 

Tras la última presunta aparición, la devoción en el lugar no cesó. El monte Zvir se fue consolidando como un centro de peregrinación para los fieles de rito bizantino y también para muchos católicos latinos. Se construyó una pequeña capilla y se mejoraron los accesos para facilitar la acogida de los visitantes. Las autoridades eclesiásticas locales, sin reconocer oficialmente la sobrenaturalidad de las apariciones, permitieron que continuaran las celebraciones litúrgicas y las peregrinaciones, siempre con una actitud prudente.

 

En 2008, la Eparquía de Prešov erigió oficialmente el «Monte de la Santísima Virgen Inmaculada» como lugar de oración y penitencia, encargando a sacerdotes la atención pastoral de los peregrinos. La Comisión Teológica de la Conferencia Episcopal Eslovaca también estudió el caso, señalando elementos positivos en la devoción popular, pero advirtiendo sobre la necesidad de un discernimiento más profundo respecto a los mensajes.

 

Hoy en día, el monte Zvir sigue atrayendo a miles de peregrinos cada año, especialmente durante las festividades marianas. El lugar es conocido por su ambiente de recogimiento y por las largas colas de fieles que esperan para confesarse, algo que muchos interpretan como uno de los frutos espirituales más destacados de la devoción nacida en Litmanová.

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