«¡La falta de sacerdotes en Francia es una gran desgracia! ¡Una desgracia para la Iglesia, una desgracia para su país!», declaró León XIV al reunirse con monaguillos franceses en Roma para su peregrinación jubilar. «Su número y la fe que los inspira son un gran consuelo, un signo de esperanza», declaró.
Agradeciéndoles su servicio litúrgico, el Papa les invitó a considerar seriamente la posibilidad de una vocación sacerdotal: “Que poco a poco, de domingo en domingo, descubráis la belleza, la felicidad y la necesidad de una vocación así”.
Prévost explicó a los jóvenes que cruzar la Puerta Santa significa «volverse hacia Jesús, crecer en la fe y ser mejores discípulos». De ahí el llamado a cultivar la amistad personal con Cristo: «Su único deseo es formar parte de tu vida, iluminarla desde dentro, convertirse en tu mejor amigo, tu amigo más fiel. La vida se vuelve hermosa y feliz con Jesús».
León XIV recordó que «la celebración de la Eucaristía nos salva hoy. ¡Salva al mundo hoy!», y concluyó exhortando a los monaguillos a vivir su servicio con alegría y seriedad.
AcaPrensa / FarodiRoma
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