La Cuarta Marcha Nacional por la Vida congregó el pasado 9 de agosto a miles de personas en Bangalore, en un evento que unió a fieles, obispos, sacerdotes y religiosos de toda India para alzar la voz contra la cultura de la muerte.
Según informó LifeSiteNews, la manifestación estuvo marcada por un fuerte llamado a la acción del arzobispo Francis Kalist, asesor episcopal de CHARIS India y responsable del movimiento provida designado por la Conferencia Episcopal Católica de India (CBCI).
India, epicentro silencioso del aborto
Durante su intervención, el prelado reveló cifras estremecedoras: un estudio publicado por The Lancet documentó 15,6 millones de abortos en India en 2015, lo que equivale a un bebé asesinado cada dos segundos.
El arzobispo lamentó que, en la última década, la legislación haya ampliado el plazo legal para abortar hasta las 24 semanas de gestación por cualquier motivo, mientras que los tribunales han autorizado de manera creciente abortos de término avanzado.
“Proclamar el Evangelio de la Vida con urgencia y valor”
Citando a León XIII, monseñor Kalist instó a sacerdotes y laicos a convertirse en “pescadores de familias”, rompiendo el silencio cómplice frente a la realidad del aborto, la anticoncepción y la ideología de género, y advirtió contra la “misericordia mal entendida” que lleva a evitar la verdad.
“La Iglesia debe proclamar el Evangelio de la Vida con urgencia y valentía”, subrayó, pidiendo a todos los líderes eclesiales asumir un compromiso público y decidido en defensa de los más indefensos.
Un llamado por la vida
La Marcha Nacional por la Vida en Bangalore no fue solo un acto de protesta, sino también una catequesis pública que recordó que el aborto no es un problema político o sanitario, sino una cuestión de vida o muerte.
En un país donde las cifras superan cualquier tragedia humanitaria, la voz de la Iglesia busca encender una resistencia cultural que desafíe leyes permisivas y conciencias adormecidas.











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