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LA SÁBANA SANTA, “EL QUINTO EVANGELIO” AcaPrensa / Daniel Iglesias

 

El objeto material más analizado de la historia

 

La Sábana Santa (o Síndone) se conserva en la Catedral de Turín (Italia) desde 1578. Es venerada como una reliquia preciosa: la sábana de lino con la que el cuerpo muerto de Jesús fue amortajado luego de bajarlo de la Cruz. Hasta 1898, cuando fue fotografiada por primera vez, no había mucha certeza de su autenticidad. Presentaba la forma borrosa de una figura humana, y tenía muchas manchas difíciles de interpretar.

 

Secondo Pía, quien tomó esa primera fotografía, casi se desmayó al ver que el negativo fotográfico obtenido era una imagen en positivo de gran calidad, con un rostro que concuerda con los íconos tradicionales de Jesús. ¡El verdadero negativo era la imagen impresa en el lino! Desde ese momento no han cesado las investigaciones de la Síndone, un objeto tan extraordinario que ha surgido una rama de la ciencia (la “sindonología”) dedicada especialmente al estudio interdisciplinario del mismo.

 

La Síndone ha sido analizada por innumerables científicos, creyentes de distintas religiones y no creyentes. Se han descubierto muchas de sus características, pero aún no hay ninguna explicación científica del origen de la imagen referida. No es una pintura ni una fotografía. Parece ser el resultado de algún tipo de radiación, que produjo una especie de quemadura sobre las fibrillas de lino desde la superficie hacia adentro de la tela, en un margen microscópico. Las superficies más próximas al cuerpo fueron quemadas más profundamente que las más alejadas. La distancia de la tela al cuerpo y la profundidad de las quemaduras son inversamente proporcionales, con precisión micrométrica. Esto da a la imagen un asombroso efecto tridimensional.

 

Hay una correspondencia minuciosa entre la Síndone y los relatos evangélicos de la pasión y muerte de Jesús. La Síndone en todos sus detalles representa de un modo anatómicamente exacto a un hombre flagelado y crucificado, con cientos de heridas. En el Imperio Romano la flagelación y la crucifixión eran penas mutuamente excluyentes. El caso de Jesús de Nazaret (primero flagelado y luego crucificado) fue muy excepcional.

 

La Sábana Santa concuerda con los Evangelios también en tres detalles muy inusuales: 1) no muestra signos de fractura de los miembros inferiores (normalmente se fracturaba las piernas de los crucificados para acelerar su muerte); 2) se distinguen claramente las heridas provocadas por la corona de espinas sobre la cabeza; 3) hay una herida importante en el hemotórax derecho.

 

Los estudios muestran que las heridas causadas por los clavos, los latigazos, la corona de espinas y diferentes traumatismos tienen sangre perteneciente a una persona viva. En cambio, la sangre que mana del costado del pecho abierto corresponde a un lanzazo que atravesó la aurícula derecha de una persona que ya estaba muerta. Esa herida equivale a un certificado de defunción. Fue realizada tal como eran entrenados los soldados romanos, para entrar al tórax del enemigo por la mitad derecha.

 

Además, la Síndone concuerda también minuciosamente con el Santo Sudario conservado en Oviedo (España), que habría cubierto la cabeza de Jesús. Hay una correspondencia total entre las manchas de sangre del Sudario de Oviedo y las de la Sábana de Turín. Ambos envolvieron la misma cabeza humana[1].

 

La palinología es una rama de la botánica que estudia los granos de polen mediante microscopía electrónica. El Dr. Max Frei-Sulzer (1913-1983), destacado criminólogo y botánico suizo, realizó los primeros estudios de palinología sobre la Síndone. Sus estudios confirmaron el itinerario geográfico-histórico de la Síndone, pues en cada lugar y época existen plantas con pólenes propios, que se conservan en el tiempo. Frei halló pólenes de 49 especies de plantas de distintas regiones de Palestina, Anatolia y Europa. Su conclusión fue: “puedo afirmar con toda seguridad que la Síndone, hace dos mil años, fue abierta en Galilea, y que sucesivamente fue llevada a Turquía y después a Francia”. Estudios posteriores dieron resultados similares.

 

Todos los estudios realizados (los mencionados y muchos otros), excepto uno, son favorables a la autenticidad de la Síndone. La única excepción fue la prueba de carbono 14 de 1988, que dató la Síndone en el período 1260-1390. Este resultado, a diferencia de los otros, fue muy difundido por la prensa en todo el mundo, con titulares sensacionalistas como: “Se demuestra que la Síndone es una falsificación medieval”.

 

Sin embargo, ¿qué falsificador medieval podría haber producido un holograma en negativo en una tela por un mecanismo que aún hoy se desconoce? ¿Y para qué, si esa imagen sólo se pudo empezar a apreciar 600 años después, tras la invención de la fotografía? Es sabido que hay factores que pueden invalidar la datación con carbono 14. Por ejemplo, tanto el incendio que afectó a la Síndone en 1532 como la misma radiación que generó la imagen pueden haber alterado la proporción de carbono 14.

 

Se conoce con plena certeza la historia de la Síndone desde 1357, cuando reapareció en Lirey (Francia), hasta hoy. Además, en el Archivo Vaticano hay documentos que registran la llegada de la Síndone a Constantinopla (hoy Estambul) el 16 de agosto del año 944; y hay indicios que sugieren que antes de esa fecha la Síndone fue conservada en Edesa (en la actual Turquía).

 

En 1998 Emanuella Marinelli calculó que la probabilidad de que la Síndone no sea auténtica (es decir, que no sea el lienzo que envolvió el cuerpo muerto de Jesús) es de uno en 5.000 trillones. Esto equivale a una prueba científica de la muerte de Cristo en la Cruz y a una invitación a la fe en su resurrección.[2]

 

PS: Por más información, véase: https://www.revistamision.com/sabana-santa-historia-autenticidad/

[1] Esta nota está basada principalmente en: Eduardo Casanova, Sábana Santa: Fe y Razón, obra publicada en ocho partes en los números 47-54 de la revista virtual uruguaya Fe y Razón (mayo-diciembre de 2010).

[2] Esta nota está basada principalmente en: Eduardo Casanova, Sábana Santa: Fe y Razón, obra publicada en ocho partes en los números 47-54 de la revista virtual uruguaya Fe y Razón (mayo-diciembre de 2010).

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