El saludo del Santo Padre en una carta a los organizadores sorprendió a los participantes del Tercer Congreso Internacional de Bioética celebrado en Roma y organizado por la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune.
“El Papa León XIV desea extender sus cordiales y buenos deseos a los organizadores, ponentes y participantes, expresando su profundo agradecimiento por la iniciativa”. Con estas palabras, el Sumo Pontífice saludó a los participantes de la Tercera Conferencia Internacional de Bioética, celebrada en Roma en el Pontificio Instituto Patrístico Augustinianum.
La conferencia contó con la participación de ilustres ponentes de todo el mundo, en representación del mundo científico católico: profesores, médicos, bioeticistas, juristas, filósofos y científicos. La carta del Santo Padre León XIV, firmada por el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, y dirigida a la Profesora Mónica López Barahona, Presidenta de la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune, fue leída al cierre de los actos, despertando sorpresa y emoción entre los presentes.
El Papa León XIV expresó el deseo de que “las actividades del Congreso favorezcan enfoques de la ciencia cada vez más auténticamente humanos y respetuosos de la integridad de la persona” y alentó “el compromiso de perseverar en el estudio y la aplicación del conocimiento científico al servicio de la verdad y para el bien común”.
Un foro líder para los desafíos bioéticos
El evento fue organizado por la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune con el apoyo de 40 instituciones y universidades internacionales, entre ellas la Universidad Católica de América, el Instituto Pellegrino y el Instituto Kennedy de la Universidad de Georgetown, los Caballeros de Colón, la Federación Internacional de Médicos Católicos (FIAMC), Word on Fire de Mons. Robert Barron (EE. UU.) y, por supuesto, la Fundación Jérôme Lejeune.
El trabajo fue dirigido por el Prof. Jean-Marie Le Méné, Presidente de la Fundación Jérôme Lejeune y la Prof. Mónica López Barahona, Presidenta de la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune, ambos miembros de pleno derecho de la Academia Pontificia para la Vida.
La inauguración estuvo a cargo del cardenal holandés Willem Jacobus Eijk, arzobispo de Utrech, médico y miembro ordinario de la Academia Pontificia para la Vida, además de autor de un manual de ética familiar y bioética publicado en Italia con el título On Love. Matrimonio y Ética Sexual (Cantagalli 2025).
De gran importancia y profundo significado fue el saludo de Monseñor Renzo Pegoraro, a quien el Papa León designó recientemente como nuevo Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, sucesor del Arzobispo Vincenzo Paglia. En su tercera edición, la conferencia se consolida como un foro de referencia para debatir cuestiones esenciales en el campo de la bioética.
El esplendor de la verdad en la ciencia y la bioética
El tema central de la conferencia de este año fue la verdad, como indica el título elegido: “El esplendor de la verdad en la ciencia y la bioética”. El objetivo de los organizadores fue analizar la relación entre la ciencia y la verdad en la intersección de las ciencias médicas y experimentales (medicina, genética, física), la filosofía y la teología. Desde la verdad en las teorías científicas (el Big Bang y el creacionismo) hasta la verdad en el ámbito bioético y deontológico, en la búsqueda continua del objetivo fundamental del bien común, siguiendo los pasos del venerable Jérôme Lejeune.
Durante las sesiones, se abordaron diversos temas como el asesoramiento genético, la disforia de género, la objeción de conciencia y, finalmente, la relación entre la teoría de la evolución, la verdad científica y la Revelación, con la intervención del empresario y ensayista Olivier Bonnassies, autor del best-seller internacional «Dios, Ciencia, Evidencia. El amanecer de una revolución».
Jérôme Lejeune, un científico al servicio del Evangelio
Proclamado “venerable” en 2021, Jérôme Lejeune (1926-1994), casado y padre de familia, fue pionero de la genética moderna y el primer presidente de la Academia Pontificia para la Vida. Estudiando el síndrome de Down, descubrió que en los niños afectados por este síndrome hay un cromosoma extra en el par 21, razón por la cual este síndrome comenzó a denominarse “trisomía 21”.
Fue pionero en el desarrollo de la genética moderna, mostrando siempre gran atención y cariño a sus pacientes. Criticó duramente a quienes utilizaban pruebas prenatales con fines eugenésicos, eliminando fetos con síndrome de Down (trisomía 21). Su valentía al alzar la voz contra el aborto y su firme postura a favor de la vida le costaron el aislamiento del mundo científico y recortes en la financiación de la investigación.
En 1964 fue nombrado presidente y profesor de la primera cátedra de Genética Fundamental de la Facultad de Medicina de París. En 1974, el papa san Pablo VI lo nombró miembro de la Academia Pontificia de Ciencias, y en 1994, el papa san Juan Pablo II lo nombró primer presidente de la Academia Pontificia para la Vida, que habían creado juntos (y para la cual Lejeune redactó los Estatutos).
Hombre de profunda fe y devoción, Lejeune siempre buscó, con extraordinario celo, demostrar la armonía entre ciencia y fe anunciando el Evangelio en los entornos científicos, médicos y hospitalarios que frecuentaba.
AcaPrensa / Miguel Quarter Samperi / En Terris
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