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LA CRISIS DE LOS RELIGIOSOS 2024 I (ANNNUARIO PONTIFICIO 2025)

Ya están en nuestro poder los datos del Annuario Pontificio de 2025 los añado a lo publicado en años anteriores, que reproduzco incluyendo al final de cada instituto las cifras al 1 de enero de 2024.

 

Los religiosos eran un cuerpo numerosísimo al servicio de la Iglesia. A la que dio santos sin número y gloriosísimos no pocos, misioneros, teólogos, directores de conciencia, educadores, predicadores, monumentos de caridad… Y universidades, asilos, hospitales, colegios… Lo más selecto, entregado, sabio, santo, estaba allí.

 

El pueblo fiel los veneraba, el Papa y los obispos tenían en ellos absoluta disponibilidad para lo más difícil. Hasta que… Desde hace cincuenta años, maldita primavera posconciliar, emprendieron una acelerada carrera hacia el abismo. Mucho tiempo se disimuló. Eran un cuerpo vivo y numerosísimo en el que las deserciones, innúmeras, y la muerte, no manifestaban claramente la inmensa ruina a la que hoy se ha llegado. Ahora ya es imposible ocultarla. Estamos ante unas cifras críticas. Que todavía son más graves que el mero enunciado de las mismas. Porque el número total es todavía muy elevado. Lo verdaderamente preocupante es que está en bastantes, podrido. Con dos cánceres hoy ya terminales en no pocos. El de la secularización de los miembros, sin oración, ascesis, vida en común, pobreza, castidad, obediencia… Y el de la ancianidad. Han dejado de ser un cuerpo vivo, con renovación generacional, para convertirse en un club de jubilados solterones que contemplan al parecer indiferentes como mueren irremisiblemente sus órdenes y congregaciones.

 

No saben atajar la gravísima enfermedad y lo peor es que no quieren reconocerla ni remediarla. Muchos superiores tendrían que haber sido echados a patadas hace ya mucho tiempo. Por inútiles, todos, y por malvados no pocos. Sin embargo, han renovado sus cúpulas suicidas sin el menor intento de rectificación. Hoy ya, en algunos casos, imposible. ¿Qué joven va a entrar en un asilo de ancianos sin ilusiones ni futuro? Llevo años señalándolo, sin resultado alguno, salvo el odio que me profesan por poner de manifiesto lo que es pura evidencia, la meta segura a la que ya están tocando. Por muchos disimulos y mentiras que hayan querido propalar. “Somos menos, pero mejores”. Falsísimo. Sois muchos menos y mucho peores. Sois una muerte anunciada. Y anunciada para muy pronto en no pocos.

 

Jesuitas: La Compañía de Jesús fue el buque insignia de las órdenes religiosas. Donde todas se miraban y a la que todas envidiaban. Con sana envidia. Milicia al servicio incondicional del Papa, hasta con un cuarto voto, se la encontraba en los lugares de más dificultad, donde era necesaria más santidad, más entrega, más inteligencia… Era la orden más numerosa de la Iglesia, con 9.000 miembros más que los franciscanos y 13.000 más que los salesianos en su momento cumbre. En 1965 llegó a haber 36.038 jesuitas. El año en el que concluía el Concilio Vaticano II. Después… La desbandada.

 

Año y medio después de la última cifra consignada en el Anuario Pontificio de 2014 que se cierra a 1 de enero del año anterior a estos efectos, podemos dar por seguro, que han perdido ya el listón de los 17.000, escribía entonces. Y a este paso, que parece irreversible, en tres años serán menos de 16.000. Eso no se arregla con la renuncia anunciada del P. General. Por obligada que sea dada su incapacidad. A lo que tendrían que renunciar es a su actual modo de vida. Pero antes muertos que observantes. El conjunto de los mayores de 80 años aumenta en cada anualidad. Con el consiguiente incremento de defunciones. Esta maravillosa primavera eclesial les ha hecho perder más de la mitad de sus efectivos: el 52%.

 

A 1 de enero de 2014 eran ya sólo 17.008. En el año perdieron 279 jesuitas. Con lo que la pérdida ha subido ya al 53%. Y en tres o cuatro años habrán descendido de los 16.000.

 

Tenemos ya los datos al 1 de enero de 2015. Se perdió el listón de los 17.000. Ya son sólo 16.740. En un año son 268 menos. Y un año más viejos. Ya las pérdidas alcanzan el 54%

 

Un año después, a 1 de enero de 2016, ya sólo quedaban 16.378. Habían perdido 362 jesuitas. El declive va en picado y acelerado. Mas lo de siempre, Cada vez menos y más viejos. Hoy, 15 de mayo de 2017, dije entonces, igual son ya menos de 16.000- El año que viene, seguro. Y en España deben ser ya menos de mil. Pues como para que la Sosa cáustica siga en esa línea. Ya han perdido el 55% de los que fueron.

 

Ya en nuestro poder los datos al 1 de enero de 2017, 16.088. 290 menos que el año anterior. Un año y medio después de esos datos, al finalizar junio de 2018 que son ya menos de 16.000.

 

Decíamos también que los españoles deben ser ya menos de mil. Con lo que significaron los jesuitas en España. Más de tres mil a mediados del siglo XX. Pues sí, ya son menos de mil y es muy posible que al acabar 2018 sean menos de novecientos o apenas superando ese número. Una tragedia, aunque si van a ser como la sosa cáustica, mejor que desaparezcan. La disminución respecto a su cifra máxima está ya en el 56%.

 

Como estaba cantado el 1 de enero de 2018 descendieron de los 16.000, en un año perdieron 246 religiosos y ya sólo quedan 15.842. Respecto a los que fueron en 1965 se han dejado en la gatera nada menos que 20.196 religiosos. Ha desaparecido ya el 57% de la orden y eso no se para.

 

Respecto a España la situación es todavía mucho peor, de los tres mil que llegaron a ser superada la mitad del pasado siglo, hoy deben quedar menos de ochocientos con lo que ha desaparecido el 75% del instituto. De esos ochocientos unos cuatrocientos deben superar los ochenta años y ciento cincuenta más los setenta. Cada año ingresan dos o tres, y no perseveran todos, y mueren cincuenta o más. Pues ya me dirán el futuro español a corto plazo y el general a más largo.

 

Otra clara muestra de la decadencia de la orden ignaciana nos la da el número de casas que mantenía. El 1 de enero de 2010 creo que llegaron a su número máximo, aunque en miembros ya habían descendido a 18.139. Entre casas, residencias, parroquias, colegios, noviciados, teologados, … llegaron a tener abiertos 1.782 lugares. No deja de ser curioso, aunque fuera general con todos los institutos religiosos que cuantos menos eran más casas abrían. Esa huida hacia adelante naturalmente era insostenible y 2010 marcó el punto de inflexión. En 2011 cerraron ya 27 casas, 1.755. En 2012, 34 más, 1.721. Un año después se precipita la caída cerrándose 85 casas, 1.636. El 1 de enero de 2014 se habían clausurado 38 más, quedaban 1.598. Un año después se habían perdido otras 26 casas, restaban ya 1.572. Un año más y 31 casas menos, el 1 de enero de 2016, 1.541. Hundimiento que no se detiene, el 1 de enero de 2017, otras 41 que se clausuran, quedan 1.500. Un año después no se clausura ninguna y siguen las 1.500 pero eso era insostenible y el 1 de enero de 2018 vuelven a cerrarse otras 23 y, perdido el listón de las 1.500 quedan ya 1.477.

 

Según los últimos datos, el 1 de enero de 2019 ya eran solo 15.591, 251 menos que el año anterior y las casas habían bajado a 1.262, con una caída espectacular de 215 cierres. La pérdida de miembros sigue en el 57%.

 

El 1 de enero de 2020 continúa la sangría: habían bajado a 15. 306, 285 menos que un año antes. Las casas habían bajado también a 1.250, 12 menos que un año antes. La disminución ha subido al 58%.

 

El 1 de enero de 2021 quedaban ya solo 14.839 religiosos. En un año se quedaron en la gatera 467 jesuitas. Que hoy, año y medio después, deben haber perdido ya la referencia de los 14.500. El número de casas ha sin embargo aumentado a 1.266. Pues si hay más casas y menos jesuitas es claro que hay menor número de jesuitas en cada casa salvo en los geriátricos. La disminución es ya del 59%.

 

Pésimos los últimos datos de 1 de enero de 2022, han desaparecido 400 jesuitas.  Quedan 14.439 y las casas son ya solo 1.248. En 22 años han cerrado 568 casas y desde 1965 se han evaporado 21.599 jesuitas. La disminución de efectivos es ya del 60%.

 

El 1 de enero de 2023 se ha atenuado algo la disminución. Han perdido en un año 244 jesuitas con lo que quedan 14.185 a primeros de enero del año 2023. Con lo que podemos dar por seguro que a fines de abril de 2024 han perdido ya el listón de los 14.ooo. Pero no hagamos conjeturas y sigamos con las cifras reales: la disminución de los jesuitas es ya del 61%%

 

El 1 de enero de 2024 habían perdido ya el llistón de los 14.000 eran 13.995, 190 menos que un año antes, la perdida de miembros es del 62%

AcaPrensa / La Cigüeña de la Torre

 

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