El Papa León XIV concluyó en la tarde de ayer domingo 25 de mayo, la toma de posesión de las cuatro basílicas papales con una visita a la Basílica de Santa María la Mayor. Allí presidió un momento de oración mariana ante el venerado icono de la Salus Populi Romani —«Protectora del Pueblo Romano»— y oró brevemente ante la tumba del Papa Francisco.
Tras celebrar la Eucaristía en San Juan de Letrán, el Pontífice se dirigió a la basílica mariana en el Esquilino, donde le esperaban cientos de fieles. Antes de comenzar el rezo del Magníficat, León XIV depositó un ramo de flores junto al altar y se ha detenido en silencio frente a la imagen bizantina de la Virgen con el Niño, protectora del pueblo romano.
En sus palabras ante los fieles, el Papa expresó su alegría por este encuentro: «Estoy muy feliz de encontrarme con vosotros aquí». Además, agradeció a todos los que trabajan en la basílica por su servicio y devoción.
Asimismo, subrayó la importancia de la Virgen María como guía en la vida de la Iglesia: «Es una bellísima oportunidad para renovar nuestra devoción a María Salus Populi Romani, que ha acompañado tantas veces al pueblo de Roma en sus necesidades».
León XIV pidió a la Madre de Dios que «conduzca la barca de la Iglesia hacia un puerto de paz, evitando los peligros y las tempestades». Con una invitación a «caminar juntos como única familia de Dios», el Santo Padre destacó el papel de María como Madre cercana y consuelo de los fieles.
Para terminar, se cantó el himno tradicional «En tu secular templo», seguido de la oración de la Salve Regina.
AcaPrensa / Ecclesia / InfoCatólica
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