El Patriarca de Constantinopla, hoy en el Vaticano, confirmó el plan de viajar a Turquía para el 1700 aniversario del primer Concilio Ecuménico. La invitación de Zelensky a Kiev, la de Vance a Estados Unidos. Y los viajes “soñados” por Francesco.
En sólo diez días de Pontificado, León XIV ya ha recibido varias invitaciones de jefes de Estado y autoridades religiosas para visitar los más diversos lugares, queridos por él o emblemáticos y de alto valor simbólico por la historia que representan.
A Nicea, quizás en noviembre
Las últimas invitaciones, reiteradas hoy, las hizo el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, quien anticipó en una entrevista con Tg2000 (el informativo de TV2000), con motivo del homenaje a la tumba del Papa Francisco: «Me aseguró que quiere venir a Turquía para el aniversario de Nicea. No hemos fijado una fecha concreta, pero seguro que este año: quizá el 30 de noviembre». Y el propio Prevost, además, había confirmado a los periodistas hace una semana: “Lo estamos preparando”.
El encuentro en Turquía es muy importante para el mundo cristiano: este año en Nicea se celebra el 1700 aniversario del primer Concilio Ecuménico, y este aniversario es una oportunidad crucial para el diálogo entre católicos y ortodoxos, un factor importante no sólo desde el punto de vista espiritual sino también geopolítico. Tanto es así que el viaje estaba en el corazón de Jorge Mario Bergoglio, pero luego se hizo imposible por su enfermedad.
La invitación a la Casa Blanca
Pero lo que más ha llamado la atención hoy ha sido el encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, recibido por el Papa en el Vaticano junto al secretario de Estado, Marco Rubio. Los dos miembros de la administración Trump, ambos católicos, participaron ayer en la misa que marcó el inicio del Pontificado. Y en la audiencia de hoy también se confirmó la invitación para ir a la Casa Blanca en Washington. El Papa es consciente de la relación privilegiada que puede presumir con Estados Unidos, siendo ciudadano americano; Y, también por eso, cumplió su promesa de poner su diplomacia y el propio Vaticano a disposición para proponer caminos de paz allí donde sean necesarios.
En el encuentro cara a cara con Vance hablamos de conflictos pero también de los derechos humanitarios que deben respetarse en todas las situaciones. Sólo ayer el Papa había estigmatizado lo que sucede en Gaza, donde la gente muere no sólo por las bombas sino también por hambre. León XIV sabe, en definitiva, que para tejer la red de la paz cualquier hilo puede ser útil y, por eso, incluso un viaje a su país de origen asumiría un valor potente (un poco como hizo el Papa Francisco, que eligió Lampedusa como primer destino de su visita).
Un viaje a “su” Perú
Sin embargo, si una visita a los Estados Unidos -quizás incluso a Chicago, donde nació en 1955- no es la prioridad en los deseos de León XIV, y él mismo lo dejó claro, una visita a otro país querido para él, Perú (del que también es ciudadano), sería mucho más factible y deseada. La diócesis de Chiclayo, en el norte del país, que dirigió durante ocho años antes de ser llamado a Roma por Bergoglio, sería una parada imprescindible para un obispo que quería vincular su vida y experiencia pastoral a Sudamérica, a la cultura andina y mapuche. Lo demuestra el afecto con que los representantes de la delegación peruana, incluidos los de su diócesis, quisieron saludarlo hoy, en la audiencia que les concedió en el Vaticano.
La invitación de Zelensky a Kiev
La primera invitación oficial de un jefe de Estado al Papa León XIV no vino de un dirigente cualquiera: Volodymyr Zelensky, en la conversación posterior a su elección, lo invitó a Kiev. Un viaje que también soñó el predecesor de Prevost, con la singular especificación de que, si hubiera ido a la “atormentada Ucrania”, también habría tenido que ir a Moscú. Y Francisco dijo esto quizás sabiendo muy bien que las condiciones para que la máxima autoridad de la Iglesia católica visitara un país ortodoxo como Rusia no serían tan fáciles de crear. Especialmente en comparación con una visita, ciertamente simbólica pero paradójicamente mucho más fácil de organizar, a un país devastado por una feroz invasión militar.
Tierra Santa (y Oriente Medio en llamas)
El presidente de Israel, Isaac Herzog, presente ayer en la Misa de inicio de su Pontificado, invitó al Papa León a visitar Tierra Santa. Así lo recordó hoy la Oficina Nacional de Turismo de Israel. Herzog, según un comunicado relanzado por SIR, llevaba una pegatina en su traje que conmemoraba los 590 días de “brutal cautiverio” de los rehenes en Gaza, “un gesto de solidaridad con las familias y un grito por su liberación inmediata, para instar a la comunidad internacional a actuar para su regreso”. Además, el propio Papa no dejó de recordar la urgencia de la liberación de los israelíes secuestrados en la Franja. Así como en el Regina Caeli de ayer, después de la Misa, subrayó que en Gaza la población civil y los niños ya no mueren sólo a causa de la guerra, sino también de hambre.
«Creo que Oriente Medio, y en particular Tierra Santa, es una de las prioridades en la agenda de viajes del Papa. Aún no hemos tenido la oportunidad de hablar de ello, pero es uno de los primeros temas que abordaremos», declaró el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, en una conferencia de prensa el 13 de mayo.
Si fuese a Tierra Santa, el Papa León podría considerar también otras tierras que han sido martirizadas o están en medio de crisis políticas, sanitarias, sociales y económicas, como el Líbano.
Fátima y los viajes “soñados” por Francisco
Finalmente, otros destinos probables serían Fátima, en Portugal, lugar que Robert Francis Prevost debía visitar durante este período como cardenal. Así como, en el fondo, permanece la posibilidad de un viaje anhelado por Francisco: Vietnam (donde, sin embargo, había dicho que iría “Juan XXIV”, para indicar a su sucesor) o, más aún, China. ¿Sólo sueños o destinos que eventualmente serán visitados por un Papa?
AcaPrensa / Antonio Bonanata / RAI News











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