La presidenta del Bundestag, Julia Klöckner (CDU), ha reiterado sus críticas al enfoque político de las Iglesias en Alemania, subrayando la necesidad de que estas vuelvan a centrarse en ofrecer orientación espiritual y en abordar las cuestiones fundamentales de la existencia humana.
La presidenta del Parlamento alemán, Julia Klöckner (CDU), ha vuelto a explicar sus recientes declaraciones sobre el papel de las Iglesias en la sociedad. Durante su participación en la ceremonia de inicio de pontificado del nuevo papa, León XIV, celebrada el domingo en la plaza de San Pedro, Klöckner afirmó que en ningún momento había pedido a la Iglesia que se mantuviera al margen de los asuntos públicos.
«No he dicho que la Iglesia no deba implicarse», declaró, según recoge la agencia de noticias dpa. «He dicho que la Iglesia tiene una relevancia tal, que debe ir más allá de lo que concierne a las normas de tráfico», añadió la dirigente democristiana. En su opinión, la Iglesia debe ofrecer una orientación que trascienda lo inmediato, aportando sentido y dirección en aspectos esenciales de la vida, más allá del ámbito político o del trabajo de organizaciones no gubernamentales.
En este sentido, Klöckner subrayó que los responsables políticos ofrecen «solo las penúltimas respuestas», mientras que se espera de las Iglesias una guía espiritual más profunda. Aludiendo a la pérdida de millones de fieles que han sufrido las Iglesias en Alemania en los últimos años, la presidenta del Bundestag instó a una reflexión interna: «Deben preguntarse por qué ha disminuido su capacidad de mantener la adhesión de los fieles». Según afirmó, todo ser humano busca orientación, y en ello «la Iglesia tiene una gran oportunidad».
Las declaraciones de Klöckner, quien cuenta con formación teológica por su paso por la Universidad Católica de Maguncia, han generado un amplio debate en Alemania en los últimos meses. Durante la pasada Pascua, instó a las Iglesias a centrarse más en la atención pastoral que en los posicionamientos políticos. En aquella ocasión, criticó la tendencia de algunos representantes eclesiásticos a pronunciarse sobre temas de actualidad como si fueran «una ONG», dejando de lado cuestiones fundamentales sobre la vida y la muerte. A su juicio, esto podría hacer que las Iglesias resultaran «lamentablemente intercambiables».
Estas afirmaciones suscitaron reacciones tanto en el ámbito eclesial como en el político. El arzobispo de Paderborn, Udo Markus Bentz, aseguró que no aceptará que se le imponga un silencio forzado: «No permitiré que nadie me ponga un bozal, sea cual sea el tema». Por su parte, el presidente del Parlamento regional de Renania-Palatinado, Hendrik Hering (SPD), sostuvo que solo la Iglesia puede decidir sobre qué cuestiones desea pronunciarse públicamente. «Me parece presuntuoso e inapropiado que la política le diga a una institución que forma valores sobre qué puede o no opinar», afirmó.
A pesar de la polémica, Julia Klöckner ha defendido reiteradamente su postura, argumentando que sus críticas buscan precisamente reforzar el papel esencial de las Iglesias en la sociedad contemporánea. La situación es bien simple. Si los obispos opinan sobre lo que hacen los políticos en aquello que pertenece a su ámbito, los políticos, sobre todo si son cristianos, pueden opinar sobre lo que hacen los obispos.
AcaPrensa / Katolisch / InfoCatólica
Leave a Reply