El obispo de Essen intenta suavizar la desilusión progresista con una imagen diplomática del Papa, pero acaba reconociendo lo evidente: no va a haber “bendición de todo” ni “igualdad de géneros” en la Iglesia.
Por más que lo intente adornar con palabras suaves, Franz-Josef Overbeck –sí, el mismo que bendeciría probablemente hasta al becerro de oro si la sinodalidad lo pidiera en consenso inclusivo– no puede ocultar la realidad: León XIV no viene a satisfacer los sueños reformistas de la Iglesia alemana.
En una entrevista con la agencia KNA, el obispo de Essen lo intenta todo. Lo llama “cortés”, “oyente atento”, “marcado por la misión”. Hasta recuerda con nostalgia que es agustino, como Lutero. Pero cuando llega el momento de hablar de los temas clave (ya sabemos cuáles: “diversidad de géneros”, “estilos de vida alternativos”, etc.), le sale el diagnóstico: “es reservado respecto a eso”.
El horror: un Papa que no tuitea manifiestos
León XIV no es de los que redactan documentos interminables para agradar a los lobbies. Prefiere servir, escuchar a los pobres y vivir la fe. Una pesadilla para quienes esperaban un Papa que diese la extremaunción al Catecismo y canonizara al comité central del sínodo alemán.
El nuevo Papa, que vivió décadas en Perú y ama hablar en español, parece comprender mejor al pescador de Galilea que al teólogo de Tubinga. Y eso, en Alemania, duele.
Lo cierto es que Overbeck y compañía no pueden evitarlo: esperaban una revolución, y se han encontrado con un agustino misionero. Cortés, sí. Pero también católico.
AcaPrensa / InfoVaticana
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