Nombramientos en el Vaticano
¿Quién es el 267º Papa de la Iglesia Católica? Robert Francis Prevost, un hombre que ha roto un dogma no escrito: que un norteamericano no podía ser Pontífice. Pero es un norteamericano cuya madre es de origen español, Mildred Martínez, y él ha sido misionero en Perú dos tercios de su vida. Los últimos años era en Roma el responsable de la “fábrica de los obispos”, el encargado de supervisar y promover el nombramiento de obispos.
Se le considera cercano a muchas de las visiones del Papa Francisco, pero menos impulsivo y más reflexivo. Esperan de él que sea un puente entre el sur y el norte, pero quizá también entre la riquísima iglesia norteamericana y una Santa Sede endeudada. Muchos habrán valorado que desde su oficina evaluando obispos de todo el mundo, y con su perspectiva misionera, podía ponerse “manos a la obra” muy rápido. Hay quien piensa que el trabajo más importante de un Papa es nombrar obispos, que es en lo que trabajaba Prevost.
En 2023 la Unión Teológica Católica dijo de él, cuando fue nombrado cardenal: «Aporta al Colegio Cardenalicio un corazón misionero y años de experiencia ministerial que abarca desde las aulas académicas hasta los barrios pobres y la cúpula administrativa. Personifica el llamado evangélico a estar dispuestos a servir dondequiera que el Espíritu nos lleve».
Madre de origen español, él estudió con los agustinos
Robert Francis Prevost nació en Chicago el 14 de septiembre de 1955. Su padre, Louis Prevost (de ascendencia francesa e italiana) fue el superintendente de las escuelas en los suburbios del sur del Distrito 169. Mildred Martínez Prevost, su madre, había estudiado biblioteconomía. Dos de las hermanas de Mildred eran monjas.
Al final del octavo grado, Prevost empezó a ir al seminario menor de San Agustín, con sacerdotes agustinos. En la Universidad de Villanova, cerca de Filadelfia, donde se graduó en Matemáticas en 1977. En el mismo año ingresó en el noviciado de la Orden de San Agustín, en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en San Luis. El 29 de agosto de 1981 hizo sus votos solemnes. Luego se graduó en Teología en la Unión Teológica Católica de Chicago.
A los 27 años fue enviado por los agustinos a Roma para estudiar Derecho Canónico en el Angelicum, la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino donde también estudió Karol Wojtyla. Prevost fue ordenado sacerdote en Roma el 19 de junio de 1982 por el arzobispo Jean Jadot.
Después de la ordenación, el joven sacerdote tuvo la oportunidad de conocer a Juan Pablo II. Una fotografía que la parroquia Santa María de la Asunción de Chicago incluyó en su libro de 1986 para celebrar su centenario muestra a Robert Francis sonriendo tímidamente mientras estrecha la mano de un sonriente Juan Pablo II.
Entre Piura, Trujillo y EEUU
Fue enviado a trabajar a la misión de Chulucanas, en Piura, al norte del Perú, donde permaneció en 1985 y 1986.
En 1987 obtuvo el Doctorado con la tesis: “El papel del prior local de la Orden de San Agustín”. En el mismo año fue elegido director de vocaciones y director de misiones de la Provincia Agustiniana de “Mother of Good Counsel” en Olympia Fields, Illinois (EEUU). En 1988 regresó al Perú a la misión de Trujillo como director de la formación conjunta de los novicios agustinos de los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí ocupó diversos cargos: prior de comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). En la Arquidiócesis de Trujillo fue vicario judicial (1989-1998), profesor de Derecho Canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo”.
En 1999 Prevost regresó a los Estados Unidos, como Prior Provincial de la Provincia Madre del Buen Consejo (Chicago). Después de dos años y medio, el Capítulo General Ordinario de los Agustinos lo eligió Prior General, ministerio que la Orden le confió de nuevo en el Capítulo General Ordinario de 2007. En octubre de 2013, Prevost regresó a su Provincia (Chicago) para ser maestro de los profesos y vicario provincial.
De 2014 a 2023 al frente de Chiclayo
Prevost ocupó estos cargos hasta que el Papa Francisco lo nombró, el 3 de noviembre de 2014, administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo (Perú), elevándolo a la dignidad episcopal de obispo titular de la Diócesis de Sufar. Prevost fue ordenado obispo el 12 de diciembre en la catedral de Chiclayo. Desde 2015 tiene la ciudadanía peruana.
En 2023, en una entrevista publicada en el sitio web de Augustinian, le preguntaron a Prevost qué significa ser un buen pastor. «Ser un buen pastor significa poder acompañar al pueblo de Dios y vivir cerca de él, no estar aislado. El papa Francisco lo ha dicho claramente en numerosas ocasiones. No quiere obispos que vivan en palacios. Quiere obispos que vivan en relación con Dios, con el resto del episcopado, con los sacerdotes y, sobre todo, con el pueblo de Dios, de una manera que refleje la compasión y el amor de Cristo, creando comunidad, aprendiendo a vivir lo que significa ser parte de la Iglesia de una manera integral que incluye mucha escucha y diálogo. El obispo debe tener muchas habilidades. Debe saber gobernar, administrar, organizar y estar en contacto con la gente. Pero si tuviera que destacar una característica por encima de todas las demás, es que debe anunciar a Jesucristo y vivir la fe de tal manera que los fieles vean en su testimonio un incentivo para querer ser parte cada vez más activa de la Iglesia que Jesucristo mismo creó». fundado. En resumen, ayudar a las personas a conocer a Cristo a través del don de la fe”.
El Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación para el Clero en 2019 y miembro de la Congregación para los Obispos en 2020.
El 15 de abril de 2020 Francisco lo nombró Administrador Apostólico de la diócesis del Callao.
A Roma, a la “fábrica de los obispos”
En 2023, el Papa Francisco pone a Prevost al frente del Dicasterio para los Obispos y también le hace Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Es creado cardenal en el Consistorio del 30 de septiembre de 2023 y se le asigna el diaconado de Santa Mónica, en el Colegio Internacional de Santa Mónica, dirigido por los Agustinos, en la Plaza del Santo’Uffizio.
Por su papel en esos dos grandes dicasterios, Prevost se reunía con el Papa Francisco cada sábado por la mañana. Dice que Francisco le insistía: “No pierdas el sentido del humor, tienes que sonreir”. Como Papa tendrá que seguir ese consejo.
“Me considero un tenista amateur”
Durante estos años romanos Prevost sólo expresó un arrepentimiento. “Me considero un tenista amateur”, dijo en una entrevista. “Desde que salí de Perú he tenido pocas oportunidades de entrenar, así que no veo la hora de volver a la cancha”. Como con el primer Juan Pablo II, a sus 69 años puede ser que la Iglesia vuelva a ver a un Papa haciendo deporte.
Prevost veía así los retos de la Iglesia en esa entrevista de 2023: «Debemos proclamar la buena nueva del Reino de Dios y, al mismo tiempo, comprender qué es la Iglesia en su realidad universal. Esto es algo que aprendí cuando era prior general de los Agustinos y, sin duda, fue una gran preparación para el cargo que ocupo ahora. Hay muchas culturas, muchos idiomas y circunstancias diferentes en todo el mundo a las que la Iglesia responde. Por lo tanto, al enumerar nuestras prioridades y evaluar los desafíos que tenemos ante nosotros, debemos ser conscientes de que las urgencias de Italia, España, Estados Unidos, Perú o China, por ejemplo, probablemente no sean las mismas, salvo por una cosa: el desafío fundamental que Cristo dejó a los católicos de predicar el Evangelio y que sea el mismo en todas partes. Las prioridades de la labor pastoral siempre serán diferentes en un lugar u otro, pero reconocer la gran riqueza de la diversidad del Pueblo de Dios es sumamente útil porque nos hace más sensibles para alcanzar y responder mejor a lo que se espera de nosotros». a nosotros”.
AcaPrensa / Religión en Libertad
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