Tierra Santa celebró este 7 de mayo la Fiesta del Hallazgo de la Vera Cruz. Como recuerda la Custodia de Tierra Santa, es una festividad “profundamente significativa”, pues “Jerusalén es el único lugar del mundo donde se sigue celebrando esta fiesta, abolida por la reforma litúrgica de 1969”.
La celebración conmemora el hallazgo de la Santa Cruz de Jesús por parte de Santa Elena, la madre del emperador Constantino, en el siglo IV.
La fiesta tiene lugar el 7 de mayo por una razón muy particular: un 7 de mayo del año 351, de acuerdo al relato de San Cirilo —según recoge la Custodia de Tierra Santa—, “una enorme cruz luminosa apareció en el cielo, sobre el sagrado Gólgota, y se extendió hasta el Monte de los Olivos”.
Según informa el sitio web de la Custodia, la celebración comenzó el 6 de mayo por la tarde, cuando el Custodio de Tierra Santa, Fray Francesco Patton, ingresó solemnemente a la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. Luego el Custodio “presidió las Primeras Vísperas en la Capilla de Santa Elena, ante la reliquia de la Vera Cruz”.
La vigilia se extendió durante la noche, y por la mañana Fray Francesco Patton celebró la Santa Misa, tras encabezar una procesión con la reliquia de la Vera Cruz, llevándola hasta el altar.
Tener siempre a Cristo glorificado “ante los ojos de nuestra mente”
En su homilía, el Custodio de Tierra Santa destacó que al contemplar a Cristo Crucificado “vemos al mismo tiempo a Aquel que se humilló (haciéndose uno de nosotros), y vemos a Aquel que fue elevado para atraer hacia sí a toda la creación”.
Además, alentó a “tener siempre ante los ojos de nuestra mente al Cristo exaltado, al Cristo glorificado, ya revelado en el Cristo crucificado. Porque en su entrega de la vida por amor se realiza ya la victoria sobre la muerte”.
Según explica la Custodia, los ornamentos rojos y dorados usados durante esta celebración simbolizan “la sangre y la gloria de Cristo”.
AcaPrensa / David Ramos AciPrensa
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