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LOS CARDENALES, UNIDOS EN ORACIÓN POR EL PAPA FRANCISCO EN SANTA MARÍA LA MAYOR

En la tarde de este Domingo de la Misericordia, en la Basílica de Santa María la Mayor, se celebró un homenaje al difunto Papa Francisco.

 

Los cardenales, reunidos en las Congregaciones Generales de cara al próximo Cónclave, realizaron una procesión hasta su tumba y participaron en la celebración de las Segundas Vísperas, presididas por el cardenal Rolanda Makrickas. Desde primeras horas del día, más de 20.000 personas formaron largas colas para rezar ante la lápida del Pontífice y dejarle ofrendas florales.

 

Entre ellas estaba Carmelina Mancuso, conocida como «la señora de las flores amarillas», quien emocionada depositó un ramo del color que siempre llevaba a las audiencias papales. Con lágrimas en los ojos y una mano cubriéndose la boca, Carmelina se detuvo frente a la tumba de mármol blanco, sencilla y serena, que guarda los restos de Francisco bajo una suave luz.

 

La emotiva jornada reunió a más de 110 cardenales, quienes decidieron organizar este momento especial de oración en la última Congregación General. Antes de las 16:00 horas, los purpurados llegaron en autobuses desde el Aula Pablo VI y, entre los flashes de las cámaras y los móviles de los fieles, cruzaron la Puerta Santa en procesión. Cada cardenal se detuvo brevemente ante la tumba: algunos rezaron un Ave María, otros se persignaron, e incluso algunos se arrodillaron en señal de respeto.

 

El cardenal Santos Abril y Castelló, quien acompañó a Francisco en su primera visita a esta basílica tras su elección, tuvo un momento privado de oración antes de la llegada del resto de cardenales. Posteriormente, todos se reunieron en la Capilla Paulina, bajo la mirada del icono de la Salus Populi Romani, ante el cual Francisco rezó tantas veces a lo largo de su pontificado.

 

En un clima de recogimiento, los cardenales, junto a grupos de fieles, rezaron las Segundas Vísperas. Las oraciones, en distintos idiomas, pidieron por el eterno descanso del Papa, para que «el Señor Resucitado lo acoja en la morada de la luz y de la paz».

 

Tras algo más de media hora, los cardenales abandonaron la basílica, que permanecerá abierta a los fieles hasta las 22:00 horas. Mañana continuará el proceso hacia la elección del nuevo Sucesor de Pedro con una nueva Congregación General.

AcaPrensa / InfoVaticana

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