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Serie Venerable Marta Robin – Saber qué se es

Serie Venerable Marta Robin – Saber qué se es

Hace mucho tiempo que hemos incardinado los comentarios acerca de la obra de la Venerable Marta Robin (francesa ella, de nacimiento y de nación) en la serie sobre la oración.  Sin embargo, es de recibo reconocer que desde hace mucho tiempo, también, no trata lo que traemos aquí de oraciones, en sí mismas consideradas (algunas veces sí, claro) sino de textos espirituales que nos pueden venir muy bien, primero, para conocer lo más posible a una hermana nuestra en la fe que supo llevar una vida, sufriente, sí, pero dada a la virtud y al amor al prójimo; y, en segundo lugar, también nos vendrá más que bien a nosotros, sus hermanos en la fe que buscamos, en ejemplos como el suyo, un espejo, el rastro de Dios en una vida ejemplar que seguir.

 

    Resultado de imagen de Le secret de Marta Robin

 

Saber qué se es

 

(Reproducimos, a continuación, un artículo publicado en esta casa hace unos años. Y es que es bueno darse cuenta de qué somos y no está mal recordarlo de vez en cuando).

Se trata, el texto traído aquí, de unas palabras de la Venerable francesa Marta Robin muy dichas o, en realidad, como sólo pueden decirlas los escogidos por Dios para que cumplan una tal misión.

 

“’Yo os suplico aceptéis toda mi ofrenda y seré feliz y confiada. Por desgracia es bien poco, lo sé, pero no tengo nada más; amo mi extrema bajeza porque me obtiene  toda Vuestra Misericordia y todas Vuestras paternales solicitudes’.

 

Así, dicho en general, reconocer lo que somos nos viene la mar de bien porque es la única manera, primero, de ver en qué fallamos y, en segundo lugar, podremos corregir tales fallos… si queremos, claro está.

Si esto lo trasladamos a nuestro ser espiritual, a nuestra alma, pasa exactamente lo mismo porque en este campo aun nos conviene más que en el ordinario de la vida mundana saber qué somos y a qué atenernos.

Quien es cristiano cabal, creyente de criterio, tiene constancia de que no es nada. Queremos decir que no somos nada ante nuestro Creador. Y para eso no hace falta explicación alguna: tan sólo basta con ver nuestra realidad y la de Dios Todopoderoso.

Entonces, ante tal saber lo que somos podemos adoptar dos actitudes: mirar para otro lado y actuar con soberbia o mostrarnos ante Dios Quien sabe, más que de sobra, de los pies de los que cojeamos o la gloria que le damos con nuestra forma de actuar y de ser.

Nuestra Venerable Marta Robin sabe, perfectamente, qué es y, sobre todo, qué hacer con lo que es.

Nosotros la tenemos por mujer virtuosa y santa. El caso es que, como suele pasar, la vemos con ojos creyentes que han conocido su vida, sufrimiento y fidelidad a Dios.

Ella, sin embargo, se dirige a Dios siendo consciente de su poquedad.

En este texto hay confianza, entrega y sometimiento a la voluntad de Dios. Pero también hay esperanza en el corazón misericordioso del Padre.

Dice que es poca cosa. También que, además de lo que es, no tiene nada más que ofrecer. Y hay, en esto, un reconocimiento básico del que partir hacia cotas muy altas de relación con Dios: no es nada pero, sin embargo, lo poco que se es se lo ofrece al Creador como una ofrenda, sobre todo, de amor y de entrega a Quien le ha creado.

Pero hay aquí algo que es eminentemente importante: Marta Robin acepta.

Quien ha de gozar ya de la Visión Beatífica sabe que, como Dios ama a los pobres de espíritu y a los verdaderamente necesitados, va a entregar a ella su corazón para que pueda llevar una existencia espiritualmente llena y gozosa. Ella sabe… ella ofrece… Dios responde con su Amor y su Piedad infinita.

El caso es que se suplica a Dios sea aceptada una tal ofrenda. Y es que quien cree que Dios es Padre y es Todopoderoso no puede presentarse ante el Señor de forma soberbia u orgullosa. No. En su ofrecimiento ha de primar la humildad y la entrega serena y segura a la santa Providencia de Dios. Y eso es lo que hace Marta Robin y lo que, cada uno de nosotros, deberíamos hacer siempre: saber quiénes somos y ante Quién nos presentamos. Saber, en fin, qué se es.”

 

Bien podemos ver, es cierto esto, que somos lo que somos y no podemos pretender ser más. Eso sobra y nos sobre. Nos basta, sin embargo, con aceptar y dar gracias. Además, dar gracias por nuestra nada. Como hace Marta Robin.

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