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La Iglesia Católica latina celebra cada 25 de marzo la fiesta de la Anunciación.

La Iglesia Católica latina celebra cada 25 de marzo la fiesta de la Anunciación.

religionenlibertad

23 de marzo 2023

La Iglesia Católica latina celebra cada 25 de marzo la fiesta de la Anunciación, conocida igualmente como de la Encarnación, solemnidad que se celebra simbólicamente nueve meses antes de la Navidad, y en la que el Arcángel San Gabriel anunció a María que concebiría al Mesías. Y tras su “sí” a Dios se produjo la Encarnación del Hijo de Dios, momento central de la historia.

¿Qué es la Anunciación y Encarnación?

El momento de la Anunciación cambió la historia de la humanidad y aparece recogido en el Evangelio de San Lucas, donde se relata cómo el arcángel San Gabriel se presenta ante la Virgen María en su casa de Nazaret para anunciar que sería la madre del Salvador, del Mesías. Y lo sería siendo virgen.

“¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?”, preguntó ella, a lo que el ángel respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. Y fue en su sí, en su “hágase en mí según tu palabra”, cuando se produjo la Encarnación de Jesús, cuando en el seno de una jovencita de Nazaret comenzó a crecer el hijo de Dios que nacería nueve meses después en Belén.

Benedicto XVI lo explicaba así en 2007: “La Anunciación, narrada al inicio del Evangelio de san Lucas, es un acontecimiento humilde, escondido -nadie lo vio, sólo lo presenció María–, pero al mismo tiempo decisivo para la historia de la humanidad. Cuando la Virgen pronunció su ‘sí’ al anuncio del ángel, Jesús fue concebido y con Él comenzó la nueva era de la historia, que después sería sancionada en la Pascua como ‘nueva y eterna Alianza’”.

María aceptó el designio de Dios, pronunció su Fiat. Fue todo un ejemplo de fe al confiar en la voluntad de Dios. María no dudó ante las palabras y promesas de Dios y fue fiel hasta la Cruz donde de nuevo pronunció su fiat. «Con su obediencia plena a la voluntad de Dios, María está dispuesta a vivir todo lo que el amor divino tiene previsto para su vida, hasta la ‘espada’ que atravesará su alma», explicó San Juan Pablo II en una audiencia en 1996.

Su decisión fue de una valentía extrema, pues al decir sí tras el anuncio del Ángel y concebir a Jesús de esta manera, se jugó literalmente la vida. Ella estaba desposada con José, que pudo haberla repudiado en secreto -tal era su primera idea al enterarse- o incluso haberla denunciado públicamente.

Pero en el Evangelio de Mateo se explica cómo tras la Anunciación a la Virgen, el ángel se apareció en sueños a San José. Decía así este pasaje: “La madre de Jesús estaba desposada con José, y antes de vivir juntos resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero apenas había tomado esta resolución se le apareció en sueños un ángel del Señor, que le dijo: ‘José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.

Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados’. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel (que significa: «Dios-con-nosotros»). Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer”.

Esta fiesta en la Iglesia latina es marcadamente mariana, pero es también profundamente cristológica porque celebra un misterio central de Cristo, su Encarnación.

¿Desde cuándo se celebra la fiesta de la Anunciación?

Es probable que en Tierra Santa ya en el siglo IV existiera una fiesta en la que se celebra se la Encarnación y consiguientemente la Anunciación, pero no existe una documentación al respecto.

Hay certeza de que santa Elena edificó una gran basílica sobre el lugar donde la tradición situaba la casa y la gruta de la Virgen. Y ese lugar se trata de la basílica de la Anunciación en Nazaret.

Se cree que esta fiesta podría haber surgido cerca del Concilio de Éfeso (431) puesto que en el Sínodo de Laodicea (372) no era conocida. En la Iglesia latina se cree que fue adoptada en Roma en el siglo VII pero hay estudiosos que la adelantan a tiempos del Papa San Gelasio (496).

El Décimo Sínodo de Toledo (656), y el Concilio in Trullo (692) hablan de esta fiesta como una que se celebra universalmente en la Iglesia Católica.

¿Qué día se celebra la Anunciación?

La solemnidad de la Anunciación del Señor se celebra el 25 de marzo, precisamente nueve meses antes de la Navidad, que se celebra el 25 de diciembre, motivo por el cual ambas fiestas quedan totalmente conectadas.

En la Anunciación se celebra la Encarnación del Hijo de Dios, el momento justo en el que la Virgen María quedó embarazada por obra y gracia del Espíritu Santo, y tras un embarazo de nueve meses, el día del parto virginal se celebra la Navidad.

Debido a la fecha en que se celebra suele coincidir con el tiempo de Cuaresma, Semana o incluso la Pascua de Resurrección, solemnidades que se celebran cada año en días diferentes. Por ello, en caso de coincidir, como ocurre en ocasiones, la Anunciación es trasladada ese año a otro día por ser de menor rango litúrgico.

¿Dónde se produjo la Anunciación?

Tal y como informa el propio evangelista Lucas, el anuncio del ángel a María se produjo en el pueblo de Nazaret, en la baja Galilea, y hoy una ciudad de más de 70.000 personas, en la que aproximadamente el 40% de la población es cristiana, porcentaje que ha ido descendiendo durante las últimas décadas.

La tradición explica que San Gabriel se apareció a María en la casa de su infancia, lugar que todavía hoy se conserva y que se encuentra en la gruta de la basílica de la Anunciación en Nazaret. Allí el arcángel realizó el anuncio y luego el Espíritu Santo descendió sobre la madre de Cristo.

La Anunciación en la Biblia

Es el Evangelio de San Lucas el que recoge el bello relato de la Anunciación del arcángel San Gabriel a la Virgen María. En este pasaje evangélico la Virgen muestra su profunda fe y su confianza en Dios para hacer su voluntad, lo que podría haberla conllevado desde el repudio incluso hasta la muerte. Es por ello que Lucas 1, 26-38 representa uno de los mayores testimonios que un cristiano puede contemplar. Esto dice la Escritura:

«Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo’. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: ‘No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

 

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