1.145 cristianos martirizados en la guerra de Corea
InfoVaticana
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Corea del Sur publicó el pasado 22 de febrero un informe en el que se afirma que 1.145 cristianos, entre ellos 119 católicos, fueron aniquilados sistemáticamente por las fuerzas norcoreanas desde el 26 de septiembre de 1950.
Las masacres de religiosos se perpetraron después de que Corea del Norte diera la orden de «eliminar las fuerzas reaccionarias» antes de retirarse del Sur, según el informe oficial, que se basa en investigaciones documentales, testimonios directos de testigos vivos e investigaciones en las parroquias de origen de las víctimas.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación ha resuelto así el enigma que rodeaba el destino del obispo Francis Hong Yong-ho. El prelado, nacido en 1906, fue ordenado sacerdote en 1933 mientras Corea estaba bajo la ocupación japonesa, y fue consagrado obispo en 1944 para dirigir el vicariato apostólico de Pyongyang. Encarcelado en las prisiones comunistas en 1949, su pista se pierde definitivamente en ese momento. En 2013, el directorio oficial de la Santa Sede todavía adjuntaba a su nombre la lacónica mención de «desaparecido», pero al año siguiente, el prelado fue dado por muerto, ya que de haber sobrevivido habría cumplido 108 años: el informe publicado hace unas semanas por las autoridades de Seúl confirma por primera vez de forma oficial la muerte del obispo Hong, que se suma al grueso libro negro de las víctimas del comunismo en la península.
Gobernado durante varios siglos -de 1392 a 1897- por la dinastía budista Joseon, Corea se convirtió en un protectorado japonés hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando la península fue escenario de un enfrentamiento por delegación entre Estados Unidos, por un lado, y la Unión Soviética y China, por otro. Entre 1950 y 1953, el conflicto fue extremadamente brutal y causó la muerte de unos cuatro millones de personas y el desplazamiento de unos diez millones de familias.
Para el padre Francis Cho Han-geon, director del Instituto Coreano de Investigación de la Historia de la Iglesia, el informe publicado por «Verdad y Reconciliación» es de gran importancia para la Iglesia, ya que por fin hace justicia a los muchos católicos masacrados por odio a la fe por la hidra comunista.
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